Araña Madre
Pequeña vista a la exposición del artista francés, visitando principalmente la gigantesca escultura de acero conocida como “Araña Madre” que se expuso en las afueras del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
Representación del origen del genio creativo de todas las personas.
A lo largo de una carrera que abarcó casi siete décadas, Louise Bourgeois creó un corpus de obra rico y siempre innovador que se entrecruzó con algunos de los principales movimientos vanguardistas del siglo XX, como el Surrealismo, el Expresionismo Abstracto y el Posminimalismo, sin renunciar a su propia visión creativa. Aunque la obra de Bourgeois abarca la pintura, el dibujo, el grabado y la performance, la artista es más conocida por sus esculturas, ya sean íntimas o monumentales, en las que empleó diversos materiales, como la madera, el bronce, el látex, el mármol y el tejido. Su obra es muy personal, con frecuentes referencias a una dolorosa infancia marcada por un padre infiel y una madre cariñosa pero cómplice de la situación, y al mismo tiempo tiene un carácter universal, ya que encara el reto agridulce de ser un ser humano.
Mamá (Maman), de casi 9 metros de altura, es una de las esculturas más ambiciosas de Bourgeois y pertenece a una serie inspirada en la araña, motivo que apareció por primera vez en varios dibujos realizados por la artista en la década de 1940 y ocupó un lugar central en su obra durante la década de 1990. Las arañas, que Bourgeois presenta como un homenaje a su madre, que era tejedora, ponen de manifiesto la duplicidad de la naturaleza de la maternidad: la madre es protectora y depredadora al mismo tiempo. La araña utiliza la seda tanto para fabricar el capullo como para cazar a su presa, así que la maternidad encarna fortaleza y fragilidad. Estas ambigüedades se ven intensamente reflejadas en esta Mamá gigantesca, que se sostiene ominosamente sobre unas patas que semejan arcos góticos y que funcionan al mismo tiempo como jaula y como guarida protectora de una bolsa llena de huevos que se encuentran peligrosamente adheridos a su abdomen. La araña provoca pavor y miedo pero su gran altura, sorprendentemente equilibrada sobre unas ligeras patas, transmite una vulnerabilidad casi conmovedora.